Qué es el microblading y por qué muchas eligen esta técnica para definir sus cejas

Se trata de un método manual de micropigmentación que permite dibujar, pelo a pelo, una ceja con trazos finos y definidos. A diferencia del tatuaje tradicional, el microblading trabaja en capas más superficiales de la piel y genera un efecto mucho más sutil y natural. Se realiza con una herramienta llamada tebori, que no vibra como una máquina, lo que permite mayor control y detalle en el trazo.

Es un procedimiento estético que pueden realizar personas de todas las edades y géneros, y que se adapta a distintos estilos y preferencias: desde quienes buscan remarcar su forma natural hasta quienes quieren lograr un diseño más simétrico o definido.

El microblading se realiza en dos sesiones. En la primera, la profesional analiza el rostro, conversa con la persona sobre el estilo deseado y dibuja la forma de las cejas con lápiz. Una vez definido el diseño, se elige el tono de pigmento y se realiza la aplicación. Aproximadamente un mes después, se hace una segunda sesión para reforzar el color y ajustar detalles.

Es importante saber que, aunque no es invasivo, es un procedimiento que debe realizarse en un entorno higiénico y profesional, con materiales descartables y pigmentos seguros.

La duración del microblading varía según el tipo de piel, los cuidados posteriores y el estilo de vida. En general, se estima que puede durar entre 6 meses y un año y medio. Con el tiempo, el pigmento se va desvaneciendo de forma gradual. Para mantener el efecto, se puede hacer un retoque anual.

Aunque puede realizarse en cualquier momento del año, muchas personas eligen el invierno por una cuestión práctica: durante los primeros días posteriores al procedimiento se recomienda evitar el sol directo, el sudor excesivo y el o con agua en la zona. Las bajas temperaturas y la menor exposición solar ayudan a que el pigmento se fije mejor y la piel cicatrice sin interferencias externas.

 

Después del microblading, es fundamental seguir las recomendaciones de la profesional para asegurar una buena cicatrización. Se suele indicar:

• No mojar la zona por al menos una semana.

• Evitar el maquillaje en las cejas durante el proceso de curación.

• No rascar ni retirar las pequeñas costras que puedan formarse.

• Aplicar una crema regeneradora específica, si se indica.

Durante los primeros días, el color puede verse más intenso o con un leve enrojecimiento. Esto es normal y forma parte del proceso natural de curación.


Lo importante es informarse bien, tomarse el tiempo de elegir una profesional con experiencia y entender que el resultado se construye en conjunto.