Cómo aprovechar al máximo un baño pequeño: 7 claves a tener en cuenta

Los tonos blancos, beige, gris suave o rosa empolvado amplían visualmente y reflejan mejor la luz natural o artificial. Podés sumar contraste con detalles en negro, dorado o madera clara para dar personalidad sin recargar.

Elegí muebles suspendidos o de líneas simples que no interrumpan la circulación visual. Un vanitory flotante, una repisa delgada o un estante de hierro liviano pueden ser grandes aliados. Y si tienen espacio de guardado, ¡mejor!

Un espejo generoso no solo multiplica la luz, también crea la ilusión de profundidad. Si no tenés ventana, ubicar el espejo frente a una fuente de luz artificial ayuda a ganar claridad.

Sumá canastos de fibras naturales, cajas organizadoras o bolsos colgantes en los que puedas guardar productos de cuidado personal, toallas y rios. Buscá que todo sume al estilo general del baño.

Las plantas chicas (como helechos, pothus o sansevierias) le dan vida al ambiente. Elegí variedades que se adapten a la humedad y a la luz disponible. Un toque botánico siempre aporta frescura.

Toallas lindas, un dispenser de cerámica, una bandeja con velas o jabones artesanales. Los detalles hacen la diferencia. Eso sí: evitá acumular y optá por pocas piezas clave que se vean prolijas.

Una buena luz cenital combinada con apliques cerca del espejo mejora la funcionalidad y aporta calidez. Si podés, elegí lámparas con temperatura de luz neutra o cálida para un efecto más agradable.

 

Consejo extra: si tenés ducha y no bañadera, optá por mamparas transparentes o cortinas claras. Dejan pasar la luz y no cortan el espacio visual.

Convertir un baño pequeño en un espacio práctico, ordenado y con estilo no solo es posible, sino que puede ser un gran ejercicio de creatividad. Porque, cuando se trata de diseño, menos también puede ser más.